domingo, 2 de diciembre de 2012

Muñecos de nieve con nariz de zanahoria, escoba en mano, bufanda y gorro prestados ...

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Transcurre el mes de Diciembre, allá por el lejano año de 2008, los fríos del Norte entran con fuerza en la Península Ibérica, acompañados del viento frío y bajas temperaturas característicos de esta época del año por esta tranquila y pintoresca Sierra de Madrid … Pero el Amanecer de aquel día deparaba un regalo especial a los aguerridos habitantes de este Fuerte Apache …
 
 
 
Al acostarnos, luego de una velada tranquila al calor de la chimenea con leña de encina, ya por la ventana del salón se dejaba ver una persistente lluvia con visos de granizo, que a priori no anunciaba ir a mayores; lo cierto y verdad es que la Madre Naturaleza nos tenía preparada una grata sorpresa:
Una imponente Nevada nos esperaba al levantarnos y dejar el cobijo de las calentitas mantas nórdicas del campamento familiar.






Al darles el aviso medio dormiditos los chicos saltaron de la cama corriendo emocionados pegando sus infantiles naricitas a la ventana del dormitorio, No se lo podían creerrrr ¡!!,  Era increíbleeee ¡!!! … Ya otros años habían disfrutado de la nieve en casa, pero esta vez la nevada era grande, inmensa …
 
En pijama con el batín de levantarse salimos al jardín a tocar la nieve, fría, alegre, con los rayos del sol reflejando en ella, llenando de radiante luz todo el entorno ... Hubo que recordar nuestro papel de Padres para volver dentro a desayunar y prepararnos para salir, pero ya provistos de la adecuada ropa para la nieve.
 
 
 
Los juegos, los muñecos de nieve con nariz de zanahoria, escoba en mano, bufanda y gorro prestados se suceden uno tras otro, las fotos para el recuerdo caen sin cesar, cada instante se aprovecha para aventuras y juegos, incluidas en lugar preferente las batallas con bolas de nieve.
 
 
 
Hasta ese momento no habíamos pensado que la nieve habría bloqueado la calle, que era imposible sacar el coche del garaje, jeje, Vamos, Que estábamos aislados!!! … Nuestra casa está en la ladera de una montaña, con una pendiente pronunciada hasta llegar a la carretera, lo que hace muy difícil salir en estos casos. De hecho cuando la gente del Tiempo anuncia en los Telediarios previsión de nieve en la zona, los vecinos dejamos los coches abajo, aparcados al lado de la carretera.
 
Felizmente era Sábado, con lo que teníamos por delante todo el fin de semana para disfrutar a nuestras anchas de este especial regalo.
 
 
 
En casa intentamos estar siempre bien aprovisionados, con lo que en realidad sólo era necesario bajar al pueblo a por el pan recién salido del horno y alguna otra cosilla que hiciese falta. Esa faena me la reservé con entusiasmo, bien preparado con las botas, cazadora, pantalón térmico y mochila al hombro partí rumbo al cercano pueblo, disfrutando del paisaje y ese aire puro, limpio y frío que te rodea.
 
 
 
Llegado al pueblo entramos donde Paco, su restaurante Parra junto con el de Félix, La Jara, son puntos de encuentro grato y cercano desde siempre. Un buen vino tinto de Ribera del Duero junto con unos deliciosos torreznillos caseros acompañan la tertulia y comentarios de la nevada caída entre los parroquianos del lugar.
 
Todo el pueblo está en calma, como si el Tiempo que marca el antiguo reloj de la plaza se hubiese detenido; las espigadas cigüeñas, que permanecen hace pocos años en invierno en lo alto de la torre de la Iglesia se preguntan extrañadas porqué esta vez no decidieron emigrar con sus colegas al Sur, hacia tierras más cálidas.
 
 
 
La vista del Castillo de Manzanares el Real es imponente, merece detenerse para imaginar cómo serían las nevadas de aquellos lejanos años de la época medieval de los Reyes de España, sin los adelantos que Hoy tenemos a nuestro alcance, jeje, igual hasta era mejor y se vivían con más intensidad.
 
 
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En otro momento con tu venia compartiremos algún pasaje invernal navideño vivido con toda la familia de María José, padres, hermanos, sobrinos, al calor de la chimenea.
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Si me lo permites mejor volvamos al tiempo presente del relato, que ya el fin de semana ha transcurrido, la nieve remite y despunta el Alba, son las siete de la mañana del lunes; el trabajo, las clases y la vida cotidiana empiezan, los atascos y el agitado trajinar de la Gran Ciudad nos esperan; Aquí nos tienes, la familia toda vamos saliendo de casa, vestidos “de ciudad”, con traje y corbata, pero con las botas de nieve camino del coche, aparcado al lado del camino que nos lleva a Madrid.
 
 
 
Momentos sencillos que dejan tras de sí recuerdos especiales, más aún en los chicos; espero y deseo de corazón que el día de mañana estas anécdotas formen parte especial de su personal Baúl de Recuerdos en Familia.
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Que tengas un Buen Día, y una Mejor Semana, recibe un afectuoso abrazo de este aspirante a experto Montañero de las Nieves,
CARLOS LOZANO.
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4 comentarios:

  1. una abrazo tocayo, aca en Bogota el clima esta templado, salio el sol y como ves usando pantalon corto en Diciembre, estuve con mi hermanita en Washington , pero me tuve que escapar del frrrrio.

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  2. Da envidia el ambiente que describes con todo la familia que habéis creado María y tú. Es impresionante ver como van cambiando los niños. Parece que fue ayer cuando conocí a Rodri en su sillita. Buena semana y mucho trabajo. Con cariño. M.Carmen

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  3. QUE BONITA FAMILIA.... Por aca ya comenzaron los dias de calor que invitan a escaparse a la playa a gozar de los primeros rayos de sol.
    Te contare Carlitos que Meg esta embarazada y esperamos un chavalillo para febrero.

    Saludos a la familia,

    Fernando

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  4. Hola Carlos que agradable leer tus relatos famliares , eso es vivir la vida, sentir la experiencia a plenitud y captar todos los matices de ella. Preciosa vistas desde tu casa y lo mas hermoso es que ese paisaje cambia a medida que pasan las temporadas del ano. Un fuerte abrazo !
    Veronica

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