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La tradición en
las ciudades y pueblos del interior de España, así como de muchos países de
nuestra querida América Latina, fue de siempre ir a misa de doce a la iglesia de
la plaza, y luego acercarse al bar de al lado, acompañados por el Cura (que acepta
“a mucha insistencia”), jeje, bar que curiosamente y sin atisbo de ningún
recelo regenta nada menos que la esposa del Señor Alcalde, o de algún otro
personaje destacado de la ilustre villa …Si te parece mi buen amigo, acompáñanos a tomar algo aquí al lado, antes de ir a casa, serán dos minutos, yo invito…