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Escribo estas breves líneas al cobijo de una tranquila tarde
de inicio de Noviembre, frío Otoño tardío por la Sierra de Madrid, acompañado
de persistente lluvia, esperando que algún cercano día podamos compartir anécdotas
contigo en una relajada charla, sin prisas, tal vez al lado de la chimenea, con un buen
café, un ron Santa Teresa venezolano, o un añejo vinito de Ribera del Duero, ya me dirás.
A la fecha de esta instantánea, hace nada, nuestro heredero
mayor Carlos Ignacio celebraba sus primeros cinco añitos, el menor don Rodrigo,
en mis brazos, acababa de nacer hacía escasos meses, a mediados de Abril...