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El reloj de la centenaria
Estación de Atocha en Madrid marcaba con sus antiguas agujas las diez pasadas
cuando con paso ligero casi salté del autobús que me traía desde casa,
arrastrando tras de mí aquella inmensa y pesada mochila negra, dando más la
impresión de alguien que se está fugando de casa que la de un viajero que
inicia la Aventura anhelada desde hace añossss.
Transcurría la
segunda mitad de los movidos años ochenta por las Españas de las dos cadenas de
televisión y el rumor de la Movida Madrileña por las noches en las zonas
guapas, Alonso Martínez, Bilbao, Arguellles
…con la tranquilidad de moverse con nuestros veintitantos años por una
ciudad mágica, casi exenta de las circunstancias que hoy la envuelven, como a cualquier
gran ciudad actual de América o Europa … De estos cambios si te parece
charlaremos otro día pues hay mucho que comentar, cierto??
Volviendo a la
Estación, lo cierto es que si hubiésemos quedado a las cinco, un Servidor habría
llegado a las cinco y media. En realidad no importa la hora a la que quede, no
sé bien cómo, el hecho es que... ¡Siempre llegaba tarde a todos lados!!!
Pero esta vez era
algo especial ¡!!. Este viaje lo veníamos planeando desde siempre, más aún desde
que conocimos a aquellos amigos andaluces en Valencia durante el Puente de la
Inmaculada, cuando nos contaron lo que habían vivido en su reciente Vuelta a
Europa el año anterior.
Todas aquellas
historias que nos relataban de hermosos y desconocidos lugares, gentes de diferentes culturas, anécdotas
imborrables y ligues con guapas parisinas con fragancias de Channel nos
produjeron un auténtico lavado de cerebro, fijándose a partir de ese momento dentro
de nosotros una única idea: Hacer en
tren la Vuelta a Europa.
Si me permites luego te
seguiré contando, ahora lo importante es encontrar a nuestros compañeros de
viaje ... De pronto, la sangre se me congeló.
El panel de la
Estación anunciaba la salida del próximo tren a Barcelona quéee?? a las doce
menos cuartooo ¡! ... ¡Nuestro tren de las diez y quince ya había partido!
Caí fulminado. El
calor y el frio se intercalaban dentro de mí, dejando en la nuca ese gélido sudor
que seguro habrás sentido alguna vez ... Pasados unos instantes reaccioné,
pensando solo en una cosa: ¿Y mis compañeros de viaje?
Me dirigí como viento
que lleva el diablo al Mostrador, Punto de Encuentro, Cafetería, Andén nº 5,
Baños, Mostrador de nuevo, ... y nada … Señorita, ¿han dejado mis amigos algún
mensaje para mí? Soy Carlos Lozano...Pero...nada, la guapa señorita del
Mostrador me miraba con cara de circunstancias … jeje, a estas alturas del
partido caigo en lo curiosa de mi pregunta, ni que fuera yo alguna famosa estrella
del rock o cosa parecidaaa …
¡Que bien empezamos
nuestro viaje! , y por descontado que ni echarle la culpa al reloj o al autobús
…El primero era nuevo, y el segundo cumplía su horario.
……………………
Me senté al lado de
mi pesada mochila, encendí un cigarrillo y pensé, ya más dueño de mí, en lo que
hasta el día de hoy sigue siendo uno de esos valiosos pensamientos de cabecera:
“No te desesperes, TODO tiene solución
en esta vida”.
Calma Carlos, y
piensa, ponte en su pellejo - me dije - lo lógico es que al ver que no llegabas,
nuestros amigos pensaran que para variar llegarías tarde. Acercándose la hora
de la partida deben haber subido al tren e irán ahora rumbo a Barcelona.
Correcto. Si es así
llegarán allí, y luego,... ¿Qué?
De
pronto, al ir revisando distraidamente mis papeles, me encuentro con el Carnet
de Alberguista que nos hemos hecho para este viaje, siguiendo los consejos de
nuestros amigos andaluces ... Hospedarse en los Albergues Juveniles en Europa,
nos decían, es mucho más barato, poco más de cinco dólares la noche, con ducha
y desayuno incluido, además conoces mucha gente joven que como nosotros están
en viaje de aventura.
¡Está claro! , me dije.
En Barcelona hay tres
Albergues, con ir a uno y preguntar, si están registrados bastará, sino será
cosa de llamar desde allí a los otros dos.
Con lo cual lo que
queda es tomar el siguiente tren que sale a Barcelona ... Coger la mochila y
acercarme a Reservas fueron uno solo movimiento.
Al pedirme la guapa
señorita de traje azul el billete de tren sentí una emoción singular al
entregarle el Pase de Eurail Pass ... Sabía que en el momento que ella lo
fechara y sellara, empezaban para mí dos meses grandiosos, de mil aventuras y emociones,
jeje, aunque en verdad las emociones, como lo habrás notado, habían empezado ya
hacía un buen rato.
Coche veintitres,
Fumadores, Ventanilla. Mochila arriba.
Se oyen tres pitidos
cortos, seguido un pitido largo, luego un corto silencio, … y el rítmico
traqueteo anuncia que Partimos !!!!!
Recibe un afectuoso
abrazo de este ferviente e incansable pasajero de tren,
CARLOS LOZANO.
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ResponderEliminarCARLITOS ME GUSTA TU RELATO, MAS NUNCA ME ENTERE QUE LO CONTARAS ASI CON PUNTOS Y COMAS, ME EMOCIONA MUCHO, FUE UN VIAJE MARAVILLOSO, EMOCIONANTE Y DECIDIDO EN TU VIDA, TE FELICITO POR LA VALENTIA Y POR TODOS TUS LOGROS, SIGUE Y ACABALO QUE ES MUY ENTERESANTE Y ES UN EJEMPLO DEL QUE DICE 'SI SE PUEDE'
ResponderEliminarBESOS TOYITA.
Que bien Carlos, muy bien contado, como teniendo un dialogo con un amigo, y muy bien ilustrado. Te felicito. Sigamos "nuestras" aventuras por Europa. Que buen invento el celular...
ResponderEliminarHector
Hey...me dejaste con ????? encontraste a tus amigos?....como siguio el viaje?
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