Antes de empezar este sencillo
relato quisiera poner en mayúsculas y destacado que no es la intención de un
servidor despertar oscuras envidias ni odios pasajeros a quien dedique unos
minutos de su tiempo a este humilde aprendiz de escritor, sino mas bien todo lo
contrario … Permíteme que te cuente …
El caso es que estos días de últimos
de Diciembre, allá por el año de 2013 son de una nítida y contundente ambigüedad por España. Hay
crisis, muy dura, pero la mitad más uno no trabaja, entre unas cosas y otras,
puentes, festejos, vacaciones, villancicos, que si cojo tres días libres y así
tengo nueveeee …
Hoy estuve por la mañana
avanzando gestiones de trabajo, programando, preparando el inicio del Nuevo
Año, hacia el mediodía partiendo leña para la chimenea con el abuelo, luego
delicioso cocido madrileño de viernes frío de invierno preparado por Doña
Josefa, posterior café recién hecho, “paripé” de hago algo y larga siesta con
mantita y chimenea.
Entremedias acerco a Carlos
Ignacio al pueblo pues baja a Madrid con los amigos, charla por Skype con la
buena gente de siempre, saludos de Navidad, emails y Facebook, a lo que intento
aprovechar en dedicar el tiempo que el resto del año falta …
Cuando de pronto, casi sin
enterarnos anochece por la Sierra de Madrid, las ganas de picar algo para cenar
hacen su aparición, de forma disimulada pero insistente … Nos acercamos a los
fogones del Fuerte Apache, jeje, punto de encuentro en casa de las reuniones
importantes, de las de verdad, de las que sonnnn …
Alguien dice, ¿Qué tal unos
huevitos fritos en aceite de oliva? , ufff, a lo que apostillo, “y si alguien
cortara unas lonchitas de jamón tal vez?", acompañado con algo de chorizo frito
del pueblo, con pimientos asados caseros y pan de hogaza … Esos deliciosos aromas a cena de
pueblo invaden la cocina … Aparece a continuación queso del bueno, curado,
dulce de membrillo para acompañarle, y lo que queda del flan que prepararon
ayer, con leche condensada …
Mientras, la cafetera anuncia con
su intenso aroma el café recién hecho con canela en rama en el agua, para darle
ese peculiar sabor, receta secreta de Freddy, buen amigo venezolano … ¿Sientes
el aroma? …
Me dirijo al salón para disfrutar
ese café al lado de la chimenea, tranquilo, con copita de ron incluida, y
música de los Setenta sonando a lo lejos en nuestro añejo equipo compañero de
mil batallas …
………………………………
Estoy seguro que todo lo que te
he descrito mi buen@ amig@ , con matices o variantes lo tienes a tu vera, en
casa, sólo me he permitido saborear junto a tí estos sencillos momentos, de
esos que le dan Gusto a la Vida … jeje, y no somos por ello ni más pobres ni
más ricos …
Espero hayas disfrutado de los
aromas y sabores de estas líneas, y con interés espero nos cuentes algún
recuerdo de tu cosecha, que seguro son muchos … Como quien no quiere así
hacemos importantes los momentos que a veces pasamos sin reparar en ellos,
cierto?
Recibe un afectuoso abrazo,
CARLOS LOZANO.
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Es verdad Carlos, quien lea este artículo en algunos años, tendrá información sobre cómo se celebraban las fiestas en el 2013, muy diferente a los años 1970.
ResponderEliminarQuerido Carlos, que forma tan intensa de narrar episodios cotidianos sobre los que no solemos reparar pero que nos producen enorme satisfacción formado parte del día a día. Disfruta mientras puedas de ese fuego en casa que tanto te inspira. Un abrazo
ResponderEliminarabrazo