sábado, 28 de diciembre de 2013

Momentos importantes, que a veces pasamos sin reparar en ellos ...

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Antes de empezar este sencillo relato quisiera poner en mayúsculas y destacado que no es la intención de un servidor despertar oscuras envidias ni odios pasajeros a quien dedique unos minutos de su tiempo a este humilde aprendiz de escritor, sino mas bien todo lo contrario … Permíteme que te cuente …
 

 


 

El caso es que estos días de últimos de Diciembre, allá por el año de 2013 son de una nítida y contundente ambigüedad por España. Hay crisis, muy dura, pero la mitad más uno no trabaja, entre unas cosas y otras, puentes, festejos, vacaciones, villancicos, que si cojo tres días libres y así tengo nueveeee …

 

Hoy estuve por la mañana avanzando gestiones de trabajo, programando, preparando el inicio del Nuevo Año, hacia el mediodía partiendo leña para la chimenea con el abuelo, luego delicioso cocido madrileño de viernes frío de invierno preparado por Doña Josefa, posterior café recién hecho, “paripé” de hago algo y larga siesta con mantita y chimenea.

 

Entremedias acerco a Carlos Ignacio al pueblo pues baja a Madrid con los amigos, charla por Skype con la buena gente de siempre, saludos de Navidad, emails y Facebook, a lo que intento aprovechar en dedicar el tiempo que el resto del año falta …

 

Cuando de pronto, casi sin enterarnos anochece por la Sierra de Madrid, las ganas de picar algo para cenar hacen su aparición, de forma disimulada pero insistente … Nos acercamos a los fogones del Fuerte Apache, jeje, punto de encuentro en casa de las reuniones importantes, de las de verdad, de las que sonnnn …
 


 
 

Alguien dice, ¿Qué tal unos huevitos fritos en aceite de oliva? , ufff, a lo que apostillo, “y si alguien cortara unas lonchitas de jamón tal vez?", acompañado con algo de chorizo frito del pueblo, con pimientos asados caseros y pan de hogaza … Esos deliciosos aromas a cena de pueblo invaden la cocina … Aparece a continuación queso del bueno, curado, dulce de membrillo para acompañarle, y lo que queda del flan que prepararon ayer, con leche condensada …
 


 

Mientras, la cafetera anuncia con su intenso aroma el café recién hecho con canela en rama en el agua, para darle ese peculiar sabor, receta secreta de Freddy, buen amigo venezolano … ¿Sientes el aroma? …

 

Me dirijo al salón para disfrutar ese café al lado de la chimenea, tranquilo, con copita de ron incluida, y música de los Setenta sonando a lo lejos en nuestro añejo equipo compañero de mil batallas …
 

 

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Estoy seguro que todo lo que te he descrito mi buen@ amig@ , con matices o variantes lo tienes a tu vera, en casa, sólo me he permitido saborear junto a tí estos sencillos momentos, de esos que le dan Gusto a la Vida … jeje, y no somos por ello ni más pobres ni más ricos …

 
Espero hayas disfrutado de los aromas y sabores de estas líneas, y con interés espero nos cuentes algún recuerdo de tu cosecha, que seguro son muchos … Como quien no quiere así hacemos importantes los momentos que a veces pasamos sin reparar en ellos, cierto?

 
Recibe un afectuoso abrazo,

CARLOS LOZANO.

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2 comentarios:

  1. Es verdad Carlos, quien lea este artículo en algunos años, tendrá información sobre cómo se celebraban las fiestas en el 2013, muy diferente a los años 1970.

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  2. Querido Carlos, que forma tan intensa de narrar episodios cotidianos sobre los que no solemos reparar pero que nos producen enorme satisfacción formado parte del día a día. Disfruta mientras puedas de ese fuego en casa que tanto te inspira. Un abrazo
    abrazo

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