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Te escribo estas líneas dando gracias a esa medio buena memoria,
que espero tarde mucho en perder, por todas las alegrías que me permite revivir
… Si te parece viajemos por un momento en el Tiempo hasta aquellos cercanos años, años que algunos
recordamos en tonos blanco y negro, y otros con tonos sepias … Recién llegado
del colegio, estamos en nuestra casita de la calle Fidelli, en aquel añorado Barranco, en Lima, años
sesentas, con escasos añitos, luego de un complicado examen de Lenguaje que espero
haber aprobado, y de un agotador partido de fútbol en el recreo, veinte contra veinte, terminando
todos con las rodillas magulladas y traspirados, pero felices. …
En casa avanza la tarde con la esperada merienda, las series
de la tele, luego tocarán baño, deberes … Pero de pronto fuera, a lo lejos, una voz
interrumpe la habitual rutina …
“Paaanaderoooo, rico pan calentitooooo, … “
Carlitos, hijo, sal volando, me dice Mamá Toyita con el
delantal a cuadros que le regalamos, ve rápido, pídele seis panes franceses y una
hogaza de pan de leña, apura hijo que sino se vaaaa … ehhh, antes coge el
dinero que está en mi monedero sobre la mesa de la cocina, que siempre se te
olvidaaa …
Jeje, y mejor salía volando, sino me tocaba vestirme, e ir
hasta la panadería …
Son recuerdos de una tarde cualquiera de nuestra infancia … Aquellos años están grabados a fuego en mi memoria, con personajes cuyos oficios dan color e imagen a gratos recuerdos, como el Panadero que anuncia su pan calentito, el Frutero Bartolo, que ponía su carretilla de variadas frutas en el parque de la avenida El Sol, el Zapatero remendón de cerca de casa, que arreglaba hasta lo imposible, el Afilador de cuchillos que recorría las calles con su silbato estridente, o el (por mis hermanitos y yo) esperado Heladero, vendedor de helados y chocolates con su clásico carrito de D’Onofrio.
Al final de la calle vivía la señora Mercedes, era la Costurera del barrio. Cuando íbamos creciendo era costumbre que nos tocaba heredar la ropa de nuestros hermanos mayores, o de nuestros primos, recuerdas?. Acompañados de mamá nos dirigimos a su pequeño taller, que tiene la buena señora en el salón de casa, para que nos probase los pantalones que arreglaría, jeje, recuerdo como miraba desconfiado de reojo por si nos pinchaba con alguno de sus alfileresss ... Esos pantalones nos los pondríamos con orgullo el siguiente domingo en misa pensando, ¡Eran los pantalones favoritos de nuestro hermanito mayor, y ahora son nuestrosss!!
Permíteme comentarte un recuerdo singular, de cuando acompañaba a mamá las mañanas de sábado a la compra de la semana, en el ahora lejano mercado central de Barranco, donde me quedó por siempre grabado la clásica escena de la carnicería, con los pollos colgando de unos ganchos en el frente del puesto, y Manolo el carnicero que preguntaba, Señora Toyita, ¿lo quiere depilado, con cabeza y patas, o no?, … jeje, confieso que más de una pesadilla infantil me acompañó con aquella escena … Una que se repitió durante mucho tiempo fue la de un inmenso pollo, más grande que yo, que con cara de malas pulgas me perseguía por el parque, en la pesadilla yo corría y corría, me despertaba traspirando, y asustado me iba a la habitación de los papás, … jeje, pero no te preocupes, ya pasó …
Permíteme comentarte un recuerdo singular, de cuando acompañaba a mamá las mañanas de sábado a la compra de la semana, en el ahora lejano mercado central de Barranco, donde me quedó por siempre grabado la clásica escena de la carnicería, con los pollos colgando de unos ganchos en el frente del puesto, y Manolo el carnicero que preguntaba, Señora Toyita, ¿lo quiere depilado, con cabeza y patas, o no?, … jeje, confieso que más de una pesadilla infantil me acompañó con aquella escena … Una que se repitió durante mucho tiempo fue la de un inmenso pollo, más grande que yo, que con cara de malas pulgas me perseguía por el parque, en la pesadilla yo corría y corría, me despertaba traspirando, y asustado me iba a la habitación de los papás, … jeje, pero no te preocupes, ya pasó …
Con tu venia en próximas misivas podremos recordar anécdotas de aquella infancia en Barranco, ahora simplemente quería traer al presente algunos gratos personajes que forman parte de aquellos recuerdos infantiles.
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En especial a Papá Carlitos, al Abuelito Vidal, a los tíos Eduardo, Julio, les encantaba contarnos en las reuniones familiares sus anécdotas vivdas, a su lado reiamos todos escuchando esos alegres recuerdos, ahora y con su ejemplo intento mantener y continuar esta tradición. Espero que esta sencilla carta tambien les llegue a ellos, y formen Allí con todos una alegre tertulia, con guitarra y con cajón, Los Queremos.
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Me queda pedirte algo, si con estas sencillas líneas consiguiese arrancar de ti una leve sonrisa confieso que me hará sentir muy bien saberlo, por favor te ruego me digas.
Recibe desde Madrid un afectuoso abrazo de tu amigo de
siempre, que te aprecia y recuerda, espero podamos vernos de nuevo, y tal vez compartir
esa tranquila charla al aroma de unos cafés que nos debemos ya hace un tiempo.
CARLOS LOZANO.
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saludos Carlitos!!!!
ResponderEliminarBuena remenbranza Carlos
ResponderEliminarUn recuerdo muy emotivo y muy bien contado.
ResponderEliminarBellos recuerdos familiares y cotidianos de un entrañable Barranco, Lindo traer a la memoria de los inicios de Bartolo con su carretilla pasarían los años y abriría su propio negocio (Q.E.P.D), el mercado de la avenida Grau dónde los sábados reventaban porque se hacían las compras semanales y la costurera que si bien te confeccionaba una prenda te reducía las prendas a la tuya esas que se heredaban. Y que decir de la tía Toya, siempre amorosa y no es una frase cliché, si alguien tiene el gusto de conocerla me dará la razón¡¡¡
ResponderEliminarCarlitos , tu relato me lleva al recuerdo, de una epoca cercana en que el pan era en mi infancia un preciado bocadillo gourmet y lo mas valioso en un desayuno de verano sobre todo, cuando yo tendria unos 8 años y mi hermano Lander 10 .( Uy ya llovio !!) En el limite de BARRANCO ,y CHORRILLOS, en una calle siguiente a INDEPENDENCIA que hoy no recuerdo su nombre pero era metida en PEDRO DE OSMA , habia un panaderia en esquina que tenia un pan frances espectacular.Nuestro compromiso era turnanrnos cada mañana tipo 6.30 am para ir a comprarlo . Un dia cada uno, incluyendo sabados y domingos, y contabilizandonos el tiempo para ver quien era mas rapido. Eran 6 cuadras pues nosotros viviamos mas pegado a chorrillos frente al PEDRO RUIZ GALLO. misma que haciamos a toda la velocidad posible en esas edades.Seguramente no habre ganado en superar los tiempos minimos , de mi hermano que era sobre todo sumamente agil, y era el hermano mayor, estaba prohibido ganarle, pero si tengo grabado el olor a panaderia limeña , y aun inigualable pan frances que tiene mas de PAN PERUANO que del nombre que lo antecede. ABRAZO
ResponderEliminarCarlitos has hecho una pequeña remembranza de tantas que hay de nuestras niñez y mientras leía me emocionaba muy bien hecho el relato y como dices habrá oportunidad para que sea en vivo y en directo. Cuidate saludos y un abrazo
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