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Puente de la Inmaculada, frío inicio de Diciembre por la España del ilustre Miguel de Cervantes. Jueves por la tarde, allá por el año de 2016...
Acabamos de llegar a casa, en la sierra de Madrid, luego de vivir estas últimas semanas intensos momentos, primero en Miami USA, y luego tras un agradable vuelo de diez horas, aquí en Madrid. Por delante nos esperan cuatro tranquilos días para intentar recuperar fuerzas.
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Después de compartir en Familia una fabada
asturiana que estaba de quitar el hipo, y buen vino, me he venido al salón, a
mi querido Refugio, acompañado de un intenso café recién
hecho …
Mientras apuro el café, en el antiguo
equipo rescatado del desván voy poniendo cassetes que dejan oir canciones de Eric Clapton,
a continuación Luis Miguel y su Romances, luego Lucho Gatica, jeje, no sé si te
sonará ...
Como al descuido hojeo antiguos albunes
de fotos, de esos que en la corta distancia de toda una Vida nos traen siempre al
Presente gratos recuerdos. Me encuentro con esta instantánea, es curioso, así quiero
imaginar a nuestros herederos, (como llamaba a sus hijos Papá Carlitos). Pero lo cierto es que ha pasado el Tiempo, se
van haciendo mayores, y poco a poco pronto estarán levantando vuelo.
Tranquilo, viendo fotos y recordando, después del café llega el momento de un roncito caribeño en copa ancha, dentro de un ratito bajaré a por leña, y haré una de las cosas que más disfruto: encenderé la chimenea, y dejaré que pase el tiempo.