Papá mañana subo a la Sierra contigo.

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Me llega un mensaje de WhatsApp, es Rodrigo, nuestro ilustre heredero, ahora con sus diecinueve abriles.

- Papá, mañana sábado subo a pasar el día contigo a la sierra, y ya de paso me ayudas a darle una limpieza a fondo al coche, con aspirado y todo, ok?... Ahhh, y prepara algo rico para almorzar.

- Ok, te espero Hijo, abrazote!!
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Como nos conocemos de toda la vida encargo un buen par de chuletones, de los que le encantan.

Hemos compartido un lindo día, risas, complicidad, jeje, no se ha cortado de criticarme por todo y más... Llegada la charla del café después de almorzar, ha sido de esos momentos que disfruto más escuchando que diciendo...

Y vuelta a la faena, lógico, aproveché la inercia para darle juntos un buen repaso a mi coche también.
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Nuestros hijos ya crecieron, tienen su propio camino, los seguiremos viendo como niños siempre, esos recuerdos son preciosos, pero verlos hechos y tomando sus propias decisiones es algo especial, grande.

Como me dice mi buen amigo Lucho, compañero de colegio y experto montañero que me ha enseñado a vivir aquellos caminos de piedra, "Hay que aprovechar y atesorar esos momentos".

Siendo sincero tenía muchas ganas de compartir contigo este bonito día que he vivido. A veces sin buscar encuentras razones para sentir, motivarte y sonreír, cierto?
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Ocurrió en febrero 2021. Instantánea de allá por los años de 2012, recorriendo en familia esa tierra mágica llamada Galicia.