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Luego de una movida jornada en la Universidad voy llegando agotado
a casa. Se nota y mucho el cambio total de vida, hasta hace poco el tiempo era
nuestro en el colegio, realmente nada nos presionaba, jeje, con escasos
dieciocho años parece que ahora sí va en serio.
En casa ya están todos, mis hermanos han llegado del cole,
Papá del trabajo, lee el periódico sentado en su sofá de siempre, me acerco, le
doy un beso. Mamá me llama desde la
cocina,
“Carlitos, ven, tengo que decirte algo urgente”.
Uyuyuyyyy, ahora sí que la he liado, ¿qué habré hecho???
Dejo la mochila de la universidad en la mesa del salón, voy con ella,
Mamá prepara la cena, le doy un abrazo y con cierta intranquilidad espero la
“noticia”.
“Ha llamado tu tío Manuel desde Cusco. Necesita urgente que
vayas pues el Ayudante que tiene para acompañar al Guía con los grupos se ha
fracturado una mano, no tiene en este momento a nadie para acompañar una expedición de viajeros
alemanes e italianos, y está todo preparado para hacer el Camino Inca
dentro de tres días.”
Uff, que alivio, no he metido la pata, jeje, al menos no esta vezzz ... Quéeee??, casi en el mismo instante doy un salto de
alegría que por poco me cargo la lámpara del techooo !!
La última vez que estuvo aquí en Lima, hace casi un año, mi tío
me prometió que contaría conmigo si algún día surgiese la oportunidad de
acompañar grupos en las expediciones que organizan … y Ese Día por fin ha
Llegadoooo !!!
Nuestro siempre alegre tío Manuel con el tiempo se fue al
Cusco, donde estableció su vida y su familia. Allí tiene una empresa de Turismo
de Aventura, y organizan diversas rutas en esa maravilla que es Cusco y su
entorno.
Le llamo de inmediato, conversamos, que recoja los billetes
de avión donde su corresponsal en Miraflores. Es una expedición de cuatro días
y tres noches, desde Cusco hasta Machu Picchu, con catorce personas en el
grupo.
……………………………..
Cuando se lo cuento a los amigos no terminan de creerse la
suerte que he tenido. Por la noche, con la intensa emoción de notar tan cercano lo que estoy
por vivir, saco mi mochila del armario, preparando todo lo necesario, incluido la cámara de fotos y el infaltable
bañador, vaya donde vaya.
El jueves muy temprano me acerca Papá al aeropuerto Jorge
Chávez. El vuelo fue cortito y tranquilo, excepto al aterrizar en Cusco …
pareciera que entrábamos en un serpentín de curvas por una estrecha carretera
entre las montañas ...
La majestuosidad de Cusco desde las alturas nos impresiona, aterrizamos, aplausos del pasaje, vaya pericia del pilotooo ¡!
En el aeropuerto me recibe Manuel, con su inseparable sonrisa bonachona y su bigote siempre bien recortado. Nos dirigimos a su Central, donde me presenta a Rogelio, el Guía y Jefe de la expedición. Es un hombre de gesto amable y serio, curtido por la vida y el clima del Altiplano, experto de los que más, conocedor de cada palmo de esas inmensas montañas donde nació, que vamos a atravesar en nuestra ruta a la Mágica Ciudadela.
En el aeropuerto me recibe Manuel, con su inseparable sonrisa bonachona y su bigote siempre bien recortado. Nos dirigimos a su Central, donde me presenta a Rogelio, el Guía y Jefe de la expedición. Es un hombre de gesto amable y serio, curtido por la vida y el clima del Altiplano, experto de los que más, conocedor de cada palmo de esas inmensas montañas donde nació, que vamos a atravesar en nuestra ruta a la Mágica Ciudadela.
Ambos me van mostrando el equipamiento que llevaremos, tiendas de campaña, sacos de dormir, utensilios de cocina, arcones llenos de alimentos y bebida, todo tipo de arneses, sogas y medidas de seguridad, planos, lámparas, equipamiento médico para urgencias …
La vez anterior que estuve aquí fue hace un par de años,
haciendo el Viaje de Promoción, al terminar el Colegio. Luego a lo largo del
tiempo volvería varias veces más, pero nunca dejará de impresionarme. Los que
saben dicen que Cusco es de los lugares donde debes ir al menos una vez en tu
vida.
Una vez coordinado todo para mañana, nos despedimos. Junto con
Manuel damos un tranquilo paseo por la ciudad, mágica, bohemia e histórica. Aprovechamos
la tarde para recorrer Cusco.
Transitamos sin prisa por sus calles empedradas, en cada rincón se respira Historia, con signos inconfundibles de la majestuosidad de la que fue Capital del Imperio Inca.
Nos acercamos hasta el barrio de San Blas, con sus calles empinadas y estrechas, donde, como en toda la ciudad, conviven en armonía gentes del lugar y otros llegados de los más singulares los
confines del Mundo.
Es el llamado Barrio de los Artistas, por su pintorezco aspecto y la concentración de artesanos, talleres y tiendas. Mientras paseamos, Manuel aprovecha y me va comentando posibles incidencias que se puedan presentar en la ruta que iniciamos mañana, a partir de la experiencia atesorada con los años.
Encontramos a nuestro paso casonas virreinales de estilo español, construidas sobre ciminentos de origen Inca. Mantienen el estilo y la elegancia de aquellos años, algunas convertidas en hoteles o galerías de arte, de exquisito gusto y presencia.
Conforme paseamos, el bullicio de la gente delata que nos estamos acercando al centro de la ciudad.
A cada momento te vas cruzando con gentes de distintas nacionalidades e idiomas, llegamos a Procuradores, con ese tan especial ambiente bohemio que despierta al anochecer, cenamos en un restaurante de la Plaza de Armas, cuyo propietario, Don Anselmo, nos recibe con un afectuoso saludo, no por nada son amigos con Manuel hace más de media vida.
Ya instalado en el hotel, preparo todo y a dormir, jeje, o
al menos eso intento …
Mañana al amanecer iniciamos la Gran Aventura ¡!!
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El reloj de la mesilla marca las cuatro de la mañana cuando me llaman a desayunar. Salto de la cama, una vez listo bajo con todo el equipo. Caminamos a paso ligero por las desiertas y silenciosas aceras, debemos estar en la Estación de tren a las cinco. Recién va a amanecer, jeje, casi ni han puesto aún las calles ...
............................
Permíteme contarte las experiencias vividas en el Camino Inca, pronto ...
Un afectuoso abrazo.
Mañana al amanecer iniciamos la Gran Aventura ¡!!
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El reloj de la mesilla marca las cuatro de la mañana cuando me llaman a desayunar. Salto de la cama, una vez listo bajo con todo el equipo. Caminamos a paso ligero por las desiertas y silenciosas aceras, debemos estar en la Estación de tren a las cinco. Recién va a amanecer, jeje, casi ni han puesto aún las calles ...
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Permíteme contarte las experiencias vividas en el Camino Inca, pronto ...
Un afectuoso abrazo.
CARLOS LOZANO.
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