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El hombre del Tiempo en el telediario de las tres anuncia
anticiclón y buenas temperaturas. Estamos ahora en casa, en Manzanares el Real,
en la Sierra de Madrid, pasando esta Semana Santa, con tranquilidad ganada a
pulso. Llevamos desde Enero intensos meses de presión y esfuerzo, y por fin ha
llegado un necesario paréntesis, para reponer fuerzas ante lo que se viene. De
aquí a Junio tenemos por delante conseguir los objetivos personales del año.
Hace pocos días he subido del garaje la mesa y las sillas de
la terraza, coincidiendo con que ese día venía a casa Pablo, un buen amigo de
Carlos del colegio, con su novia, amigo desde aquellos cercanos cumpleaños con
piscina de bolas y piñata, con cuatro añitos ... Excelente, ya así queda abierta
la terraza de casa para las tardes por venir.
Los buenos tiempos de mediados de Abril anuncian con ceremonia y honores la llegada por las Españas de meses de sol, terracitas, amena charla entre amigos, paseos tranquilos, tardes sin hora ni motivo.
La experiencia de los años, y las canas, es lo que permiten eso, intentar sacar la esencia de lo bueno que ofrece la vida.
En la España del Quijote y Sancho Panza, el año realmente empieza en Setiembre, y termina en Junio. La época profesional, los colegios, universidades, marcan el calendario de esta curiosa manera. Luego Julio, y en especial Agosto, son meses atípicos, jeje, con más sol, tardes de terrazas y alguna escapada a la playa, que días de traje y corbata.
A la hora de almorzar hoy hemos estado todos a la mesa, Maria José, Carlos y Rodrigo, y los abuelitos Wenceslao y Marina que estarán con nosotros en casa estos días. Terminando de comer Carlos Ignacio, con sus veinte años, a los mandos de nuestro fiel Lagartus ha salido rumbo a Madrid, ha quedado. Luego Maria José y los abuelos han bajado a la iglesia del pueblo, a los oficios del Jueves Santo.
Hoy han pasado cosas buenas. Durante la tarde he conseguido retomar contacto después de años con alguien muy querido y buen amigo, Antonio. Hemos arañado minutos al móvil charlando, recordando viejos tiempos, él ahora ya retirado de las faenas, y feliz, de lo que me alegro de corazón, se lo merece.
……………………..
En un momento de la tarde surge un comentario con el ilustre Don Rodrigo, nuestro hijo, cercano a cumplir estos días sus dieciséis años.
Hijo, llevo tiempo dándole vuelta a la idea de irnos un fin de semana por ahí, con nuestras mochilas a la espalda, pasar dos días de mochileros, sin prisas, sin WiFi ni internet, escalar una montaña o recorrer senderos al lado de un río.
Papá, me gusta la idea, pero que sea en tren, como a ti te gusta.
Pues Rodrigo, ve viendo destino, fecha, y me vas diciendo.
Cierto y verdad que esta idea no es propia, el mérito es de Mamá Toyita, me lo viene diciendo hace tiempo, que mis hermanas en Miami acostumbran hacer eso, un Date, una quedada padre-hijo, Gracias Mamita Linda, me he permitido darle un toque adicional, algo más viajero, y me gusta.
Si Dios quiere estaremos en unas semanas, tal vez un sábado, prontito por la mañana, en alguna estación de tren, sin afeitar y rumbo a …, no sé, a donde Rodrigo elija, seguro será el mejor lugar del Mundo. Reconozco que esta vivencia no la hice con nuestro querido Carlos Ignacio, pero en cuanto pueda lo haremos.
Volveré al camino, como en aquellos cercanos años, jeje, ya sin bigote y alguna cana despistada.
Mi buen amigo, espero contarte en una próxima carta de estos momentos vividos, que desde ya espero con sincera ilusión de padre.
La vida pasa muy rápido, como dicen los Mayores de la Comarca, casi sin darnos cuenta. Y los buenos momentos quedan para siempre, en el corazón y en los recuerdos, cierto?.
Recibe un afectuoso abrazo, tu amigo de siempre,
CARLOS LOZANO.
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