Al caer la tarde llega el momento
de nuestra esperada caminata por la Sierra de Madrid. Antes de atravesar el puente que une el pueblo con
el Lago de Santillana me encuentro con Doña Clementina y su Familia, pastando
tranquilamente, mientras sus terneros recién nacidos corren de un lado a otro, con la libertad
de quien se siente protegido por su madre.
Nos saludamos con un afectuoso Muuuu recíproco, y luego de una breve charla continúo mi camino. Ese paso tranquilo cuando vas de
paseo acelera su ritmo, para convertirse en sano deporte, con pasos largos, “sin
prisa pero sin pausa”...
Reconozco que la experiencia de subir a la
montaña, vivida hace unos días con nuestro buen amigo Lucho, montañero experto
curtido en mil rutas, y antes que ello, entrañable compañero de colegio de aquella
infancia en nuestro querido Barranco, en Lima, me ha descubierto una afición
que espero disfrutar y aprender. De esa experiencia espero pronto escribirte
con detalle.
Lo de ser Montañero, dicen quienes saben, que es un Estilo
de Vida, sana y con muchos momentos para la meditación, al encontrarte en
contacto cercano con la Naturaleza. Cuando consigues el objetivo te sientes
bien contigo mismo, no por batir ningún record, sino por lo que has
experimentado.
En esa subida a la montaña
disfruté al poder saludar a alguna majestuosa águila, inquietas cabras del monte
nos observaban desde lejos … pero mejor, de eso, por lo especial que fue, si me
lo permites te escribiré prontito.
Ahora quería comentarte, pensando si esta
afición despierta tu interés: Yo llevaba tiempo, mucho tiempo, sin hacer deporte
continuo. Por eso estas caminatas son importantes, de una hora, hora y media,
en llano, para ir cogiendo ritmo y fondo, lo cual es vital a la hora de ascender
por los sinuosos caminos de la ruta elegida.
Esta tarde he recorrido de nuevo
el Camino de San Muriel, cerca de casa, al otro lado del Lago de Santillana; cada
día que puedo hacerlo intento elegir una ruta distinta, eso motiva y anima.
En confidencia, espero poder compartir esta
afición con nuestros queridos hijos, Carlos y Rodrigo, jeje, claro, si sus
múltiples ocupaciones se lo permiten.
.....................
Sin quererlo, estas salidas al
campo me han hecho recordar aquellos cercanos domingos con mis hermanos, cuando nuestros papás nos llevaban a Chosica, de lo cual creo te he contado en una misiva
anterior.
Bueno, mi recordado amigo, era sólo
eso, comentar contigo estas sencillas y gratas experiencias que estoy viviendo.
Me despido, recibe un afectuoso
abrazo de este desgarbado Aprendiz de Montañero, Escritor y Cocinero.
Carlos Lozano.
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