Llegamos los Viernes a Casa como Pedro Picapiedra ...

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Seis de la tarde, frío atardecer de Enero en Madrid, como todo viernes que se precie las carreteras son un hervidero de coches intentando salir de la ciudad, cada uno con sus pensamientos puestos en el Fin de Semana, yendo unos a hacer la compra fuerte a las Grandes Superficies, otros con el coche cargado para salir de viaje, y otros simplemente queriendo llegar a casita … en esta última Ilustre Cofradía estamos nosotros, con el matiz de que al estar nuestra casa en la Sierra, vamos en comparsa con quienes ven allí su refugio de fin de semana.

Nos acompaña Juanes cantando su buena música, mientras el coche devora los kilómetros uno a uno, hasta los 45 que nos separan de nuestro destino. Por la ventanilla pasan saludando los pueblos que preceden al nuestro, como los niños que a la vera del camino saludan a los viajeros al subir en el autocar desde Aguas Calientes hasta Macchu Pichu en Cuzco ...

 

Dejamos el Lago de Santillana a nuestra izquierda, subiendo la montaña para llegar a nuestro hogar y refugio. Doy al mando, se abre la puerta del garaje, y en ese momento, no sé bien porqué me viene a la mente el recuerdo del bueno de Pedro Picapiedra llegando a casa, empotrando el Troncomóvil contra el fondo del garaje, con Vilma, Pebbles, jeje, y Dino … Pedro llegaba todo exitado porque empezaba su serie favorita, Los Picapiedra, … En mi caso es por entrar, dejar atrás toda la tensión de una semana de trabajo, quitarme la corbata, el traje y cuanto hay, de allí al salón a encender la chimenea, servirme una buena copa de ron, hoy un SantaTeresa venezolano, y dar la Bienvenida al inicio del Fin de Semana con el mejor complemento para dar ambiente a los sencillos y buenos momentos, por ejemplo La Música de los Setenta ...

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Seguro estarás de acuerdo conmigo que, aunque no tengamos nada pensado en especial para el fin de semana, los Viernes son buenos pues anuncian dos largos días de vacaciones por delante, con la familia y los amigos, cierto??

Recibe un abrazo, que estés bien.

Tu amigo,

CARLOS LOZANO.

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