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Por tierras de la vieja España se van dejando ver las tonalidades del Otoño, jeje, con cierto aire frío de invierno si asomas la nariz por la ventana.
Toca sacar del armario abrigo, bufanda, guantes y paraguas. Noviembre es una época del año que me encanta, con sus tonos ocres, mates, rojizos, dorado viejo, tonos de melancolía, siento como que alguien desconocido me hace llegar una tentadora invitación a viajar en el Túnel del Tiempo.
Es esa estación del año que me motiva a elegir un buen vino al llegar la tarde, recoger leña, tomar las cosas con calma, encender la chimenea, recordar momentos vividos, de los buenos, y de los otros...
Con música de los Setentas, en otros ratos quizá una suave bachata sonando al fondo, coger pluma, tinta y pergamino, dejar que el tiempo pase, escribir sobre esos recuerdos, expresar sentimientos, alternarlo con una tranquila charla, compartir afectos, momentos íntimos, sensaciones,
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Estos meses, como gente con prisa montada en el metro en hora punta, se agolpan en desordenado equilibrio, momentos de extraña soledad, con instantes de afectos intensos y cercanos, sí, lo reconozco, estoy viviendo sentimientos encontrados...
Personas queridas pasan por nuestra vida, en un casual cruce de caminos, unas se quedan contigo, otras comparten un vino, o café, y siguen su ruta.
Buen momento para dejar que fluyan bajo el puente emociones que llevo guardadas dentro.
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Alguien que sabe más de esto me lo dijo hace poco, No pienses ni quieras entender amigo, Es la Vida.
A lo que, sin casi esperar lo que tardas en respirar, le contesté,
Doy Gracias por ello, no será perfecta, pero Gracias a la Vida !!
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