viernes, 4 de diciembre de 2020

Fer y yo, dos intrépidos sobre ruedas

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Según intento recordar, aquel año Fernando y yo nos debimos haber portado bien, tal vez, sin falsa modestia, podemos decir que Excelente...

A las pruebas me remito, como puedes ver, nuestras inquietas cartas por Navidad a Papá Noel fueron atendidas con creces, jeje, nos pusieron a ambos literalmente "sobre ruedas".





Mi buen amigo, déjame que te cuente... Aquí nos tienes, en aquella Lima, con Mamá Toyita, una soleada tarde de Febrero en nuestra casita del Pasaje Fidelli, a la espalda del Colegio San Luis en Barranco.


Haciendo memoria, la puerta donde mamá está apoyada daba a la cocina, la puerta de al lado daba entrada al salón, en la otra esquina del patio había una escalera de madera y barandilla, por la que subíamos al altillo.

Para Fer y yo el patio era la mejor zona de la casa, saltos y brincos sin parar, luego triciclo, coche y patinete, incluso cuando Mamá se despistaba, allí jugábamos al fútbol, jeje, pero más de una vez dejábamos reveladoras marcas del reñido partido en las paredes, o tirando las macetas con plantas que con mucho cariño cuidaba Mamá.

Claro, eran aquellas nuestras únicas preocupaciones, faltando hacer durante la tarde las tareas que nos dejaba para el día siguiente la Señorita Huesa, (en la guardería cerca de casa, donde íbamos por las mañanas), esperando a que Papá Carlitos llegara del trabajo, jeje, luego un ratito de tele, sí, en blanco y negro, ducha, cena, y al sobre.

¿El colegio?, eso era algo que nos contaban, pero sonaba aún muy muy lejano, tres años era casi toda una eternidad.

Quien iba a decir que con el tiempo seríamos más, seis hermanos, jeje, igual Patty en esos momentos ya estaba de camino en el pensamiento.
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Rescato del baúl estos recuerdos porque hoy, sin venir a cuento, terminando la semana después de intenso trabajo, alguna prisa y fin de lluvias por Madrid, he sentido la alegría que da poder conversar con tu Hermano, sin tiempo, largo y tranquilo, por el sólo gusto de compartir, hablando de lo suyo, de lo mío, comentando confidencias muy personales, que sólo se comparten entre dos hermanos que se quieren, pese al tiempo y a la distancia.
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Estoy seguro que en tu memoria guardas recuerdos similares, será muy grato que nos los contases, saber que estas sencillas líneas te los traen al Presente.
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Querido hermano, a veces da la idea de que somos tan distintos Fernando, pero al final, en realidad somos tan parecidos, abrazote inmenso Fer.

1 comentario:

  1. Ese charchicar me acompañó hasta el colegio, en transición obtuve un meritorio 2do puesto en competencia en una kinkana… muy gratos recuerdos de la casita de Barranco. Diferentes en algunos temas pero iguales en el cariño y respeto hacia nuestros padres, tb te quiero hermano

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