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"A partir de mañana volveré a viajar en tren, quiero recordar y ver de nuevo lo valiosas que son las experiencias del camino, ésas que nos ocurren sin llegar siquiera a nuestro destino".
Sin previo aviso tocan el timbre, es nuestro imaginario cartero del barrio, me trae en mano esta breve Carta de Intenciones que te acabo de leer. No es casual, está motivada porque el de ayer fue para mí un Buen día, especial, me sentí feliz compartiendo tarde de verano, fin de julio, en la terraza de nuestro refugio aquí en la Sierra de Madrid...
Sentida larga y tranquila charla con nuestros queridos hijos, Carlos y Rodrigo, hablamos de cosas personales, suyas y mías, incluso comentamos la ilusión que tengo por ir a Perú, juntos, y hacer el Camino Inka en Cusco.
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¿La foto?, de un domingo perdido hace algún tiempo, jeje, vale, tal vez algunas décadas... Recuerdo era en un tren con vistas, me tocó al lado de la ventana, íbamos con amigos mexicanos rumbo a Viena, con un mapa desgastado por el uso, y muchas ilusiones en la mochila.
Como verás ya íbamos "a la última", con nuestro recién estrenado Walkman, lo máximo de aquellos años.
Aunque algo te he contado, espero volver a escribirte pronto más anécdotas de aquel viaje, de aquella Vuelta a Europa de mochilero, que espero ahora volver a hacer con nuestros hijos.
Pero mientras, deseo estés bien, y que tengas un Buen día.
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